Varona

No.77 Mayo-Agosto, 2023.    ISSN: 1992-82

EN CASA


El proceso de orientación profesional desde la visión sociológica de José Martí

The professional guidance process from the sociological vision of José Martí

Lic. Arnaldo Alfredo Delgado Fernández. Profesor. Doctorando. Departamento Marxismo-Historia. Universidad de Oriente. Santiago de Cuba.
Correo electrónico: arnaldodelgadofernandez@gmail.com /  maricelysfd74@nauta.cu
Código Orcid: http://orcid.org/0000-0002-2656-9727

Dr. C. Yanet Leal Cosme. Profesor Titular. Universidad de Oriente. Santiago de Cuba.
Correo electrónico: yanet@uo.edu.cu
Código Orcid: http://orcid.org/0000-0001-9412-6111


RESUMEN

En Cuba se realizan transformaciones relacionadas con la orientación profesional en la enseñanza media superior, por ello resulta imprescindible dar respuesta a: ¿Cuáles son los factores sociales que condicionan las concepciones de cambio en las prácticas institucionales desarrolladas por la familia y la escuela formadas por actores sociales en el proceso de orientación profesional de la enseñanza media superior? Por tanto, en esta investigación se aplica la perspectiva sociológica martiana, que hace referencia al concepto de convenciones sociales, aportada por el más universal de los cubanos, José Martí, así como, su concepción del cambio y el método de la disgregación progresiva, con el objetivo de explicar los factores sociales de naturaleza sociocultural incorporado en actores sociales, las prácticas asumidas por estos en torno al proceso de orientación profesional en la enseñanza media superior.

Palabras clave: sociología, convenciones sociales, disgregación progresiva

ABSTRACT

In Cuba, transformations related to vocational guidance in higher secondary education are carried out, therefore, it is essential to answer: What are the social factors that condition the conceptions of change in the institutional practices developed by the family and the school formed by social actors in the process of vocational guidance in higher secondary education? Therefore, in this research the Marti's sociological perspective is applied, which refers to the concept of social conventions, contributed by the most universal of Cubans, José Martí, as well as, his conception of change and the method of progressive disintegration, with the objective of explaining the social factors of sociocultural nature incorporated in social actors, the practices assumed by these around the process of professional orientation in higher secondary education.

Keywords: sociology: social conventions, progressive disintegration



Introducción

El perfeccionamiento constante en la esfera educativa como indicador del desarrollo socioeconómico, por las funciones sociales que desempeña, constituye un reto y desafío para la comunidad mundial. Es una respuesta necesaria a las demandas de la vertiginosa revolución científico-tecnológica y las imposiciones culturales de la globalización neoliberal, lo cual tiene como consecuencia la agudización de problemáticas educativas que hoy exige un análisis, más allá del marco pedagógico y psicológico, por lo que debe ser parte de un profundo debate social.

Las experiencias educativas indican la necesidad imperante de continuar trabajando para lograr un desarrollo educativo que responda a las necesidades de la sociedad actual. Actividad que a nivel global no ha logrado alcanzar el equilibrio necesario entre las necesidades sociales y los estudios que demandan esas carencias. Por tanto, la sociedad necesita de un adecuado proceso de orientación profesional.

En Cuba país existen diversas perspectivas científicas, sin embargo, escasamente abordadas desde la perspectiva sociológica. Un elemento novedoso en el análisis de este proceso es sin dudas la investigación del Dr. C. Erich Mosqueda Mosqueda, quien aborda las prácticas institucionales en el proceso de orientación profesional e introduce en la perspectiva sociológica el análisis de este proceso, poniendo en diálogo la sociología de la educación y la de la cultura (2018) como aspecto novedoso para el perfeccionamiento interdisciplinario de la sociología cubana contemporánea.

Asimismo, se connota la de Basulto et al. (2020) al revelar una perspectiva diferente orientación profesional en el contexto universitario cubano actual en la que evidencia la importancia de la integración de las influencias educativas de los actores sociales en el logro de la autodeterminación de los estudiantes universitarios y por ende, en el desempeño de su futura profesión. No obstante, se considera que aún resultan insuficientes los estudios desarrollados al respecto.

Las interrogantes, comunes o no, en torno al tema convidan a este estudio en el que se  aplica la perspectiva sociológica martiana, que hace referencia al concepto de convenciones sociales, aportada por el más universal de los cubanos, José Martí, así como, su concepción del cambio y el método de la disgregación progresiva, con el objetivo de: explicar los factores sociales de naturaleza sociocultural incorporado en actores sociales, las prácticas asumidas por estos en torno al proceso de orientación profesional en la enseñanza media superior.

Desarrollo

Mucho se escrito en torno a la corta `pero fructífera vida de José Martí, que pareciera no ignorar nada de su contexto histórico e incluso de elevarse por encima de su tiempo.  Su capacidad de trabajo se aprecia en sus innumerables escritos, tan diversos que van desde traducciones, poemas, ensayos, cartas, crónicas, discursos, críticas literarias y de arte, hasta los documentos políticos del Partido Revolucionario Cubano. (Hodelín, 2022).

Cada uno de estos textos está dotado de una autenticidad impresionante sin subscribirse a la terminología eurocéntrica ni a la norteamericana. Dotado así de una legitimidad exquisita al pensamiento latinoamericano y cubano del siglo XIX

En 1895 sale a la luz la obra del padre institucionalizador de la sociología Emile Durkheim Las reglas del método sociológico, esta obra enmarca definitivamente a la sociología como una ciencia diferente a la filosofía y la psicología. Coincidentemente este sería el mismo año en que Cuba lloraría al más ilustre de sus hijos, a quien se le hizo imposible conocer la obra de Durkheim antes citada, porque aún el 19 de mayo de 1895 día de la caída del Apóstol no había sido divulgada. (Guzmán y Caballero, 2010)

Lo anterior no impidió que Martí estuviera a tono con la discusión en torno a la conformación de una nueva ciencia que estudiara específicamente a la sociedad. Para referirse al nuevo campo de estudio, el Maestro utilizaría el término “vida”. Su estudio siempre estaría permeado por un contenido social que mantendría una relación dialéctica con su pensamiento filosófico y político.

Según Guzmán (2017), Martí nombra a la sociología como la ciencia de la vida, y denomina a las leyes sociales, leyes espirituales. Tal percepción no establece dicotomías, todo lo contrario, está dotando a la vida de vida, donde las formas o estructuras (materiales u objetivas) tienen su esencia en las ideas o subjetividades. Desde su perspectiva, cuando un pueblo pierde su espiritualidad, pierde su independencia y no tiene objetividad que le pertenezca, sencillamente: es dominado.

Estas formas de ver la realidad como un todo único convierten a Martí en un científico suigéneris. Pero este pensamiento se iría conformando y perfeccionando a partir de las diferentes raíces sociales, que traerían consigo a ese Martí realista con una relación impresionante entre su filosofía de relación, su sociología del cambio y su política real en contra de las apariencias. Es impresionante que, en el contexto en que vive, cuando realiza una interpretación social de la vida ya destaca el papel de los agentes de socialización y la correlación dominante de las estructuras sociales a las que denomina convenciones, lasque serían conformadas por los hombres.

El concepto convenciones humanas abordado desde el pensamiento sociológico de Martí (2016a, t. 8, p.152) refiere que estas son instituciones o estructuras sociales y culturales. Al respecto señala en el prólogo al Poema Niágara:

No bien nace, ya están en pie junto a su cuna con grandes y fuertes vendas preparadas en las manos, las filosofías, las religiones, las pasiones de los padres, los sistemas políticos. Y lo atan; y lo enfajan; y el hombre es ya, por toda su vida en la tierra, un caballo embridado. Así es la tierra ahora una vasta morada de enmascarados. Se viene a la vida como cera, y el azar nos vacía en moldes prehechos. Las convenciones creadas deforman la existencia verdadera, y la verdadera vida viene a ser como corriente silenciosa que se desliza invisible bajo la vida aparente, no sentida a las veces por el mismo en quien hace su obra cauta.

Esta concepción martiana revela que las convenciones sociales son acuerdos comunes compartidos interiorizados por los actores sociales, que ejercen una influencia determinante sobre quienes las aceptan, o por quienes las asumen al imponérseles por los agentes de poder. En ambos casos, los actores sociales que intervienen en el proceso de socialización construyen esa estructura de manera objetiva.

Aplicada al objeto de estudio, las convenciones humanas se muestran en diferentes prácticas asumidas por los actores sociales en torno al proceso de orientación profesional. Así es posible advertir su gran utilidad del pensamiento martiano para valorar la magnitud del proceso de orientación profesional y proyectar acciones para encauzar el papel de la familia, la escuela y las instituciones laborales en este sentido.

Los factores sociales de naturaleza sociocultural que condicionan las prácticas asumidas por la escuela, la familia y las instituciones laborales de la comunidad, serán consecuencia de hábitos, costumbres y estructuras sociales predeterminadas, (convenciones). Estas traen consigo que, no siempre, se desarrolle de una forma adecuada y fructífera el proceso de orientación profesional de los estudiantes. Martí (2016b, t. 20, p.284) expresa en carta a Miguel. F. Viondi, con fecha 24 de abril de 1880:

Tengo pensado escribir, para cuando me vaya sintiendo escaso de vida, un libro que así ha de llamarse: El concepto de la vida. Examinaré en él esa vida falsa que las convenciones humanas ponen en frente de nuestra verdadera naturaleza, torciéndola y afeándola, y ese cortejo de ansias y pasiones, vientos del alma.

Asimismo, estas convenciones se reflejan en las alternativas sociales de acceso a una posición económico social superior, con el estatus y la remuneración que le ofrece el estudio de una profesión determinada. Pero, a la vez, condicionan actuaciones inadecuadas de profesionales y familiares que emiten juicios y criterios inadecuados que traen consigo el descrédito de profesiones como la pedagogía, la agronomía, la geología, las carreras ofertadas por el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas Revolucionarias, entre otras.

Estas prácticas sociales, son necesariamente elementos constitutivos del sistema social, tienen relación con los hábitos, normas, costumbres y significados que se construyen desde las familias, ejercen una gran influencia sobre su descendencia, independientemente de la manera en que esta la manifieste consciente o inconscientemente, es la familia uno de los principales laboratorios de orientación profesional. Al respecto (Martí, 1975a, t. 15), señala en el artículo: Libro nuevo y curioso:

Quedan en el espíritu del hombre las huellas del carácter de sus padres; pero, ¿quedan porque las traiga del germen paterno o las entrañas maternales, desde antes de salir a la vida, o porque los adquiera en el íntimo roce con sus padres después de haber nacidos? ¿Y las muestras constantes de carácter enteramente original y ruda y hurañamente desligado de toda virtud paterna? ¿Y las muestras sublimes de poderosísimo amor y bríos heroicos, nacidas de antegenitores notoriamente groseros de uno y otro lado, y padres egoístas? ¿Y todos esos ejemplos, más numerosos que las angustias de un hombre virtuoso en la vida diaria, de criaturas dotadas de cualidades excelsas opuestas a las ruines de sus padres, como si fueran indignaciones vivas de la naturaleza y enseñanzas de que las criaturas no engendran sus semejantes, sino sus opuestos? Las cualidades de los padres quedan en el espíritu de los hijos, como quedan los dedos de los niños en las alas de la fugitiva mariposa. (p. 397)

En las escuelas cubanas existen estudiantes con buena aptitud y orientación profesional de familias disfuncionales y viceversa. Esto no es más que el resultado de herencias de una historia social adquirida en los grupos que tienen una marcada ascendencia sobre este actor social (estudiante). Es por eso que, la familia debe prestar suficiente atención y preocupación a las influencias que recibe su hijo desde los grupos y la comunidad. 

La familia no está sola en esta tarea de velar y orientar correctamente a su descendencia, la escuela jugará un papel imprescindible al orientar profesionalmente a los estudiantes. El Apóstol define a la educación como la plataforma sociológica fundamental del cambio social encaminada a lograr un mejor proceso de orientación profesional, desmontando las convenciones sociales establecidas, pero para lograrlo es imprescindible el papel que juega la educación. En este sentido, Martí (1975b, t. 8) expresa:

Educar es depositar en cada hombre toda la obra que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida. (p. 281)

La educación en el ideario martiano destaca, como elemento primordial, el logro de esa orientación profesional, desde lo que él llamara vías lentas y humanas, y no desde métodos violentos como los que se manifiestan en determinados momentos con la imposición del estudio de una carrera profesional determinada por parte de la familia y los grupos sociales que inciden sobre el actor social (estudiante). Asimismo, por la desacreditación de determinadas profesiones por parte de profesores y la poca vinculación de las instituciones laborales de la comunidad al proceso.

Esta visión martiana revela el papel imprescindible de la educación en la tarea de aliviar los males sociales y permite visualizar un proceso de orientación profesional sustentado en la educación. De ahí la importancia de retomar las palabras martianas (Martí, 2016c, t. 18) cuando expresa en el artículo: Cuentos de hoy y de mañana, que el único modo eficaz de mejorar los males sociales presentes, por medios naturales y efectivos, es el perfeccionamiento de la educación. (p. 198). Indiscutiblemente, José Martí conformó su sociología, dentro de ella su concepción de la educación, no de una manera abstracta y academicista, sino desde el abordaje de situaciones y problemas concretos relacionados con la construcción de la vida, que observaba detenidamente.

El cambio efectivo y permanente requiere obligatoriamente una preparación educativa en los actores individuales y colectivos en torno al proceso, en la comprensión cabal de las condiciones de la realidad y de sus elementos constitutivos. A su juicio, este proceso de socialización salva en la medida que construye la vida. Se da tanto como influencias desde afuera hacia adentro, con una visión nueva de la escuela, la familia y los grupos.

Hay que dilucidar la contribución concreta de la educación al desarrollo y el progreso ascendente, la proyección de la escuela dentro de las prácticas cotidianas (instructivas, laborales, vitales), la preparación de los individuos para la vida, la formación no artificial de los maestros para influir positivamente en jóvenes, adolescentes y niños, la enseñanza de los padres y líderes en torno a los imperativos de las convenciones seculares, la creación como la palabra de pase en gobiernos y pueblos, el ejercicio del individuo por sí mismo y la conciencia del pueblo de su misión rectora.

Por tanto, cuando Martí en Maestros ambulantes, expresa: “[…] ser culto es el único modo de ser libre.” (2016ª, t.8, p. 289), no lo hace desde la imposición de una instrucción dogmática ni desde la exigencia de una autoridad determinada. Todo lo contrario, plantea una educación que le permita a los actores sociales analizar los conocimientos y puedan decidir sobre el proceso de orientación profesional como principio vital, porque permite la elección de una profesión de manera libre y no bajo ninguna imposición, aun cuando este proceso debe responder necesariamente a las necesidades económico, político y social de una región determinada. Refiriéndose a la importancia de una formación profesional de la sociedad Martí (1975b, t. 8) expresó en su artículo: “La escuela de Artes y Oficios de Honduras”:

 La Escuela de Artes y oficios es invención muy buena; pero solo puede tenerse una, y para hacer todo un pueblo nuevo no basta [...]. Quien quiera pueblo, ha de habituar a los hombres a crear. Y quien crea, se respeta y se ve como una fuerza de la Naturaleza, a la que atentar o privar de su albedrío fuera ilícito. (p.15)

Para el Apóstol es vital la creatividad y la originalidad de los procesos que se llevan a cabo en una nación y es imprescindible que estos respondan a intereses propios de esta, por lo que se debe tener presente la subjetividad de los actores sociales y su capacidad de pensar, cambiar, crear, no dejarse determinar por las influencias externas y circunstanciales. Esto permitirá realizar el proceso de orientación profesional de una forma educativa original y con el objetivo de aliviar las problemáticas sociales que se han visto agravadas con el desarrollo de una inadecuada orientación profesional. Además, la estrecha relación entre lo objetivo y lo subjetivo, en el pensamiento martiano, permite desentrañar los factores que laceran el proceso en los momentos actuales y su respuesta coherente a las necesidades tanto individuales como colectivas de la nación cubana.

Para materializar esta tarea se debe contextualizar todo el proceso, de manera que sea significativo y desarrollador para el estudiante, brindándole las llaves del conocimiento para que sea capaz de decidir, bajo una orientación y no una imposición, su futuro profesional. Al respecto, Martí advierte la necesidad de poner al hombre a tono con el momento histórico concreto que está viviendo, para lograr que este se sienta identificado con los procesos sociales que se desarrollan y, además, se sienta involucrado, útil y responsable de estos. Pero para ello el individuo debe de tener criterio propio, plena conciencia de ser regente y libre albedrío.

Lo anterior permitirá al estudiante ingresar en una carrera profesional que será de beneficio tanto para él como para la sociedad, bajo el principio martiano expuesto en carta dirigida a su madre Doña Leonor Pérez el 25 de marzo de 1895 cuando expresara: “El deber de un hombre es allí donde es más útil [...].” (2016b, t. 20, p.129)

Se puede afirmar que es un deber social lograr transformaciones en las convenciones sociales establecidas que laceran el desarrollo adecuado del proceso de orientación profesional. Para lograr esta transformación se puede aplicar el método por excelencia del cambio en la sociología martiana en tiempos de paz: la disgregación progresiva. En este sentido Martí (1975c, t. 5) plantea en el artículo Cuentos de hoy y de mañana:

A poco que se ve que las convenciones seculares han creado derechos vitales que de un solo tajo no pueden cercenarse, sino que han de abrirse en ellos las heridas con tal método que no se infiera la una hasta que no esté curada un tanto la otra: a poco que se abarca la necesidad de ir deshaciendo, para que no se derrumbe con gran daño y estrépito, por “disgregación progresiva” lo que por progresiva agregación se ha ido formando. (p. 106)

Estas convenciones humanas como se expresa con anterioridad son construcciones artificiales que han creado en nuestra sociedad modelos profesionales, pero, al mismo tiempo, traen consigo el descrédito de otras profesiones. Es consecuencia de la creación de hábitos, costumbres y criterios difíciles de desarraigar porque se han ido acumulando con el decurso del tiempo a lo que el Apóstol llamase progresiva agregación.

Esto ha traído consigo que actores sociales sientan como propias estas convenciones, aunque estas entrañen en sí misma la dominación. Como consecuencia de lo anterior se reduce la cantidad y la calidad de estudiantes que acceden a determinadas profesiones no bien vista por la sociedad, atada a las convenciones, aunque estas sean imprescindibles para el desarrollo económico y social del país. Podemos afirmar que, de una buena Orientación Profesional sustentada en la disgregación progresiva de las convenciones sociales establecidas en este sentido, es vital para lograr el progreso social. Como expresara el Apóstol (Martí, 2016c, t. 8): “El primer trabajo del hombre es reconquistarse. Urge devolver los hombres a sí mismos: urge sacarlos del mal gobierno de la convención [...]. Toca a cada hombre reconstruir la vida.” (p. 152)

Para lograrlo se deben desmontar estas convenciones.

Según Guzmán (2017) deben ser desmontadas primeramente de los agentes con mayor conciencia de regencia de sí mismos y de la necesidad del cambio, y luego por los restantes (más pasivos, en lo general, pero afectados por las condiciones de vida). Se debe tener presente que este cambio debe estar tanto en la transformación de las estructuras sociales como en la espiritualidad para que se desencadene así el progreso social y el desarrollo de la creatividad, antes prisioneros de las convenciones.

El ser humano tiene el deber de crear e innovar, esto le permitirá eliminar todo el prejuicio y lo dogmático que se ha acumulado durante muchos siglos, escondiendo la verdadera vida bajo las convenciones sociales que tanto daño han hecho y continúan haciendo a la sociedad cubana. El proceso de orientación profesional ha sido estudiado y desarrollado por diversas instituciones y grupos sociales en el decurso de la humanidad. Entre estas encontraremos la familia, la escuela y las instituciones laborales, las mismas tienen una interacción entre sí, pero también con los estudiantes.

Conclusiones

A partir del estudio, se puede afirmar que el pensamiento sociológico martiano es de gran utilidad para el análisis y perfeccionamiento del proceso de orientación profesional, lo cual permite arribar a la conclusión de que para un correcto desarrollo de este es vital tener en cuenta las condiciones actuales de la sociedad cubana, para poder orientar a las nuevas generaciones de acuerdo a sus necesidades materiales y espirituales y que estas respondan a su vez a las necesidades de la sociedad en general. Es imprescindible lograr que las nuevas generaciones floten en su tiempo y así preparar para la vida a este nuevo hombre reconquistado por sí mismo.

Referencias bibliográficas

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